Alguien que ha creado y provocado tantas cosas jamás muere.
Simplemente se transforma.
Poeta, músico, artista, una estrella, un inmortal entre los mortales.
El dueño del lado salvaje, un chico malo que fue a buscar las respuestas al
otro lado de las puertas de la percepción, ese sitio del que no volvieron Jimi
Hendrix, Janis Joplin o Jim Morrison, pero él fue capaz de regresar, y con lo
que encontró allí, compuso algunas de las canciones más ferozmente bellas de la
historia del rock and roll.
Desde pequeña soñaba escuchando
"coney island baby", me volvia loca con "crazy feeling", me
sentia libre y me daba vida "walk on the wild side", me enamoraba
cantando "satellite of love", cualquier canción suya me hacía y me
hace sentir en otro mundo, en trance. Es
imposible seguir siendo la misma persona después de escucharle.
Solo pude ir a un concierto suyo, y aunque no fue lo que esperaba y llegó a tiempo de casualidad, me bastó con respirar el mismo aire que el.
Gracias por enseñarme a caminar
por el lado salvaje. Tu alma no tiene fecha de caducidad.
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