Esta entrada hablará sobre los Doors, sobre las puertas para
atravesar al otro lado, al lado oscuro, aquellas puertas de la percepción que
atravesó Jim Morrison, a aquel lugar del que jamás volvió.
La historia de The Doors empieza cuando dos estudiantes de cinematografía
deciden, en la playa de Venice, formar un grupo de rock. James Douglas Morrison, con una voz profunda
canta a Ray Manzarek, uno de sus poemas, Moonlight Drive.
Desde ese momento y junto con John Desmore y Robbie Kriger,
se forman The Doors, nombre proveniente quizás de la obra de William Blake “Cuando
las puertas de la percepción se abran, el hombre verá las cosas como realmente
son, infinitas:", o bien de la obra de Aldux Huxley "Las puertas de
la percepción” obra plagada de
experiencias con alucinógenos.
Morrison, un apasionado de la cultura de los indios, del
peyote del desierto de Texas y, como buen rockero, del LSD y la marihuana, se veía
así mismo como un chamán, un hechicero, un guía espiritual que ha venido para
enseñar al mundo el otro lado.
"Me gusta cualquier reacción que puedo lograr con mi música. Lo que sea
que haga a la gente pensar. Me refiero a que si puedes hacer que una
habitación llena de gente borracha y drogada pueda despertarse, estás
haciendo algo."
La película, The Doors, nos enseña toda la historia de uno
de los mejores grupos de rock que ha existido y nos inunda de toda esa locura
genial e inexplicable de este poeta, músico y ángel llamado el rey lagarto, Jim
Morrison.
"Muéstrate a ti mismo ante tu más profundo miedo; después de eso, el miedo ya no tiene poder y eres libre."
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